Regla «25/3»
En 2018, Estados Unidos derogó las normas de neutralidad de la red. Desde entonces, las empresas de TI han demandado al gobierno federal, y algunos estados como Washington, California y Vermont están incluso implementando la neutralidad de la red a nivel local en un intento de cambiar la situación en el país.
El resultado de estos procesos depende en gran medida de los procedimientos burocráticos establecidos por las agencias gubernamentales, como la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC). En particular, es la FCC la que ha abolido la neutralidad de la red. La FCC también establece los parámetros de la banda ancha. Establecen la barra de ancho de banda, que indica si un usuario tiene acceso a Internet de alta velocidad.
Esta última métrica ya se ha convertido en una fuente de situaciones absurdas. En Estados Unidos existe ahora la regla «25/3», según la cual se considera que una conexión de banda ancha es de 25 Mbps con una descarga de 3 Mbps. Así, en su último informe, la comisión señaló que todos los habitantes del país tienen acceso a Internet de alta velocidad, aunque de hecho su calidad es cuestionable.
Las organizaciones civiles hablan de la necesidad de elevar los umbrales y piden una «actualización» de la norma. Pero el trabajo de la comisión sugiere que no es un proceso rápido. La regla 4/1 está en vigor desde 2010 y sólo se actualizó al nivel 25/3 en 2015.
Quién está en contra
Existe la percepción de que el regulador no está revisando la norma en interés de las grandes empresas de telecomunicaciones. La Fundación Frontera Electrónica (EFF) señala que la métrica enmascara la monopolización del mercado y los problemas de acceso a Internet en regiones remotas de Estados Unidos.
Los analistas del Open Technology Institute realizaron un estudio y descubrieron que los servicios de los proveedores de Internet en EE.UU. se encuentran entre los más caros y lentos de los países desarrollados. La velocidad media de descarga real es de sólo 15 Mbps. En comparación, en Europa esta cifra es de 40 Mbit/s y en Asia de 500 Mbit/s.
Para remediar la situación, la EFF sugiere que la Comisión Federal de Comunicaciones actualice la definición de banda ancha aproximadamente cada dos o tres años.
Y la evaluación debe basarse en datos abiertos sobre los hábitos de los usuarios. De este modo, la norma será coherente con el crecimiento del consumo de Internet en el país y los proveedores tendrán un incentivo para desarrollar la infraestructura y ofrecer mejores servicios a los clientes. Algunos miembros de la FCC ya están a favor de aumentar el umbral de 25Mbps a 100Mbps.
¿Qué hacer?
Por supuesto, no basta con cambiar la definición de banda ancha para aumentar la velocidad de conexión de los usuarios. Algunos miembros del gobierno están tomando medidas para modernizar globalmente la infraestructura de la red de Estados Unidos. El secretario demócrata James Clyburn ha presentado la Ley de Internet accesible y asequible para todos. Inicia una migración nacional a las redes gigabit y forma parte de un plan para apoyar a la población y salir de la crisis.
El proyecto propone destinar 80.000 millones de dólares para desarrollar la infraestructura de fibra óptica en todos los estados. Un organismo especial, la Oficina de Conectividad y Crecimiento de Internet, coordinaría las acciones de las autoridades locales. La nueva ley también podría abolir las leyes estatales individuales que prohíben a las comunidades locales construir sus propias redes de banda ancha.
Este es un hecho importante para muchas personas que viven en zonas remotas. Alrededor de 50 millones de ellos no pueden cambiar de proveedor porque sólo hay una compañía en su zona de residencia que proporciona acceso a Internet. Debido a la falta de competencia, se ven obligados a pagar en exceso por servicios que no son de la máxima calidad. La nueva infraestructura puede ayudar a resolver este problema.
La EFF afirma que, sin la nueva legislación, la transición a las redes de gigabits en Estados Unidos podría llevar décadas. Pero si se aprobara, también aceleraría la introducción de la próxima generación de redes Wi-Fi y 5G.